Artículo. Alta velocidad en España, ¿seguir con el dispendio?
Las inversiones del Ministerio de Fomento en infraestructuras para 2012 vuelven a apostar por el tren de alta velocidad. ¿Es necesario continuar con esta política?
26/04/2012
Objetivos
Más de la tercera parte de los recursos que el Ministerio de Fomento dedicará en 2012 a inversiones se destinarán al tren de alta velocidad. Estas cifras parecen indicar la continuidad del compromiso del gobierno en un modelo ferroviario prácticamente sin rival en el contexto mundial.
Cuando se lleven a cabo estas obras, fundamentalmente las líneas que conectarán Madrid con Galicia y con el País Vasco, y se complete el corredor mediterráneo incluida la conexión de Barcelona con la frontera francesa, España será el país de la OCDE con la red de alta velocidad más extensa y el segundo del mundo después de China.
La apuesta por la alta velocidad ha sido una constante de la política de infraestructuras de movilidad hasta la actualidad, y ha supuesto un esfuerzo inversor sin precedentes en la historia económica contemporánea de nuestro país.
Conclusiones
El artículo reconoce el avance que ha supuesto esta inversión para los usuarios, además que ha contribuido a reducir las externalidades negativas en términos de seguridad y contaminación. Sin embargo, los ingresos obtenidos por las líneas en explotación son claramente insuficientes para atender tanto los costes de construcción de la infraestructura como los costes de explotación.
Recoge también las conclusiones de diversos artículos que señalan la falta de rentabilidad social de la inversión en alta velocidad en España y señalan que "su implantación con las dimensiones actuales y futuras responde más a un único objetivo de naturaleza esencialmente política que a motivos fundados de rentabilidad económica y social".
Sobre la cuestión de si conviene empeñarse en la continuación de un proyecto que día a día muestra su falta de sostenibilidad, el artículo concluye que "no se puede seguir malgastando los recursos públicos" y "continuar ahora con una inversión sostenida en líneas de alta velocidad con potencial de demanda dudoso y proyectar otros cuyo objetivo es dar un tratamiento aparente de equidad a zonas de España poco pobladas o con economías poco dinámicas, es persistir en un error que desgraciadamente deberá pagar una generación entera".
El número de pasajeros-kilómetro de las principales rutas de alta velocidad dejan en evidencia las dos principales líneas españolas, Madrid-Sevilla y Madrid-Barcelona, que con 14.000 y 9.000 pasajeros por kilómetro de vía construida quedan a distancias insalvables respecto a las líneas París-Lyon (59.000), Colonia-Frankfurt (51.000) o Tokyo-Osaka (235.000).