Estudio: Uso de los vehículos compartidos en Barcelona
Estudio que analiza los hábitos de movilidad de los usuarios de bicicleta compartida ('bikesharing'), moto compartida ('motosharing') y coche compartido ('carsharing') en Barcelona. En poco tiempo el 'carsharing', 'motosharing' y 'bikesharing' ya se ha extendido al 10% de los ciudadanos de Barcelona.
12/06/2019
Objetivos
En Barcelona, pese a que el uso de los servicios de movilidad compartida todavía es incipiente, el 10% de la población ya los ha utilizado en alguna ocasión. Entre ellos, la bicicleta compartida es el servicio que más usuarios han probado (8,7%), seguido del coche compartido (7,3%) y la moto compartida (3,6%). El volumen de usuarios ha crecido en los últimos dos años, principalmente entre la generación menor de 35 años en moto y bicicleta compartidas.
El RACC ha realizado un estudio para conocer el perfil de los usuarios de estos servicios, su opinión y sus hábitos de movilidad, a partir de más de 600 encuestas a usuarios de carsharing, motosharing y bikesharing.
Conclusiones
Las principales conclusiones del estudio indican:
- La bici y la moto compartidas son servicios que se usan para moverse por dentro de la ciudad. Antes, estos desplazamientos se hacían fundamentalmente a pie, en bici o en transporte público. La captación de usuarios del vehículo a motor es baja en el bikesharing (10%) y el motosharing (21%), pero representa una mejora de ocupación de espacio y de calidad del aire.
- El carsharing tiene un perfil diferente, con usuarios de más edad, y se usa para salir de la ciudad (más de 20 km), especialmente por motivos laborales. Los viajes se hacían antes de forma repartida entre transporte público (50%) y vehículo propio (41%). En este caso no hay mejora de emisiones contaminantes.
- La mayoría de los usuarios de los servicios de movilidad compartida no tiene vehículo propio, sobre todo por una cuestión económica (costes de adquisición y mantenimiento) y de bajo uso.
- Los usuarios con más accidentes son los del motosharing (10%), después los de los carsharing (8%) y por último los de los bikesharing (7%).
Los problemas más habituales son no disponer de vehículo cuando se necesita y el mal funcionamiento de la app/atención al cliente. En el caso del carsharing, una oferta poco flexible limita la satisfacción de los usuarios.
Recomendaciones
Además, el estudio realiza una serie de recomendaciones a administraciones, operadores del servicio y usuarios:
Para la Administración:
- Vincular el uso de los vehículos compartidos y el transporte público con paquetes Mobility as a Service (MaaS) con tarifas planas de uso que supongan un verdadero instrumento de intermodalidad que capte usuarios del vehículo privado.
- Permitir un crecimiento ordenado del número de licencias para satisfacer la demanda de usuarios y los problemas de carencia de disponibilidad de vehículos compartidos.
- Regular los servicios de carsharing y VMP eléctricos en superficie en la ciudad, en el marco de restricciones de circulación futuras que reducirán la capacidad de transporte de personas.
- Desarrollar campañas educativas e informativas para informar a todos los usuarios de sharing sobre cómo circular de forma segura por la ciudad.
- Fomentar un cambio modal desde el vehículo privado motorizado a los vehículos de sharing, para contribuir a la mejora de la calidad del aire y la congestión.
- Aplicar una política progresiva de estacionamiento de los vehículos compartidos, que respete una transición donde el punto de equilibrio final entre vehículos en propiedad y compartidos todavía no es conocido.
Para los operadores:
- Aumentar la cobertura territorial de motosharing y bikesharing con visión metropolitana.
- Mejorar el funcionamiento de las apps y ofrecer apis para conectarse a otros servicios.
- Velar por la seguridad vial de sus usuarios (normativa, medida del casco, etc.).
- Ofrecer formación previa a los usuarios de motosharing y bikesharing.
Para los usuarios:
- Conocer y respetar las normas de circulación por una mayor seguridad.
- Estacionar los vehículos en las zonas habilitadas o permitidas de acuerdo con la normativa.