La congestión en los accesos a Barcelona es uno de los principales problemas de movilidad en la capital catalana, con un total de 49 horas perdidas en congestiones por persona y año, asociadas a un coste económico de 400 millones de euros anuales. Este problema afecta tanto a los conductores de vehículos privados como a los usuarios del transporte público: el 20% de las horas perdidas corresponde a viajeros de viajan en autobús.
 
Sin embargo, únicamente la vía C-58 cuenta con un carril BUS-VAO destinado a la circulación exclusiva de autobuses y vehículos de alta ocupación. El RACC ha presentado un estudio que analiza el impacto de la implantación de este tipo de carriles en los accesos a Barcelona para determinar en qué vías pueden resultar más efectivos.

La metodología para la realización del estudio comprende:

• Análisis de itinerarios con la técnica de vehículo flotante en hora punta.
• Registro de ocupación: número de personas por vehículo y composición (tipo de vehículo).
• Ratios de emisiones y consumo de combustible en función de la velocidad (relación entre saturación y velocidad).
• Valores contabilizados en días laborables (lunes a viernes) en hora punta y en el sentido de entrada a Barcelona. 

En concreto las alternativas de implantación de carriles BUS-VAO analizadas han sido:

• Creación de un carril BUS-VAO en la C-31 Norte, entre C-32 i Ronda Litoral.
• Conversión en carril BUS-VAO del carril bus de la C-31 Norte entre Ronda Litoral y C.C. Glorias.
• Creación de un carril BUS-VAO en la B-23, entre la N-340 y la Diagonal.
• Creación de un carril BUS-VAO en uno de los carriles de la C-31 Sud, entre El Prat y La Campana. 

Más de un millón de vehículos entran y salen de Barcelona en días laborables. El mes con mayor movilidad es septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar, con un incremento de 250.000 vehículos al día.

Conclusiones