Objetivos

Los vehículos han ido incorporando instrumentos y automatismos que hacen más fácil y segura la conducción. En el horizonte se dibuja el panorama de un vehículo totalmente automatizado que puede circular de manera autónoma sin la intervención humana.
 
¿Qué hay de posible o qué de deseable en este futuro a medio plazo? ¿Qué ventajas tendrían los conductores y la sociedad? ¿Qué ventajas puede tener el vehículo autónomo, y qué riesgos? ¿Es posible y viable su generalización como modo de transporte privado? ¿Qué factores pueden acelerar o retrasar su aparición en nuestras vidas cotidianas?
 
El informe intenta responder a estas cuestiones, a partir del análisis de las siguientes cuestiones:

• Evolución tecnológica y grados de automatización del vehículo
• Ventajas del vehículo autónomo desde una perspectiva social
• Ventajas desde una perspectiva individual
• Inconvenientes, incertidumbres y riesgosAceptación del consumidor y regulación

Desde un punto de vista tecnológico, el vehículo autónomo es posible, como demuestran los más de 500.000 kilómetros recorridos por la flota de Google sin conductor. Pero el proyecto todavía debe resolver retos importantes, vinculados a la mejora de la tecnología, la reducción de costes o la adaptación social.

Conclusiones

Entre las principales conclusiones del artículo figuran:

• La implantación del vehículo autónomo deberá esperar algún tiempo hasta que las generaciones nacidas digitales o muy implicadas con las nuevas tecnologías supongan una parte importante de la población.
• Para conseguir esta masa crítica será necesario, además del convencimiento del consumidor, el establecimiento de estrategias que faciliten la visibilidad de los efectos positivos del modelo.
• Esta transición sólo llegará a buen puerto si se crean los mecanismos tecnológicos adecuados para que el parque de vehículos preexistente pueda adaptarse en mayor o menor medida a las exigencias de transmisión y procesamiento de información que exige el sistema.
• El elemento clave del cambio será el coste, no sólo de los vehículos autónomos nuevos sino de toda la tecnología necesaria para adaptar el parque automovilístico tradicional a las condiciones del nuevo sistema.

El artículo concluye señalando el rol relevante de las administraciones en la implantación generalizada del vehículo autónomo: deberán establecer políticas de apoyo o incentivo para el desarrollo del proyecto de vehículo autónomo, tal y como se ha hecho y se está haciendo en el caso del vehículo eléctrico.