En la nota, el RACC reconoce la necesidad de mejorar la calidad del aire y celebra las inversiones dirigidas a transformar el modelo de movilidad metropolitana. Sin embargo, considera que las más de 20 actuaciones previstas en la vía pública entre los años 2022 y 2030 «aumentarán la congestión y la contaminación y empeorarán los desplazamientos diarios dentro de un área donde residen 5 millones de personas».
Ante esta situación, el RACC señala que «los ciudadanos tienen derecho a conocer las consecuencias de las medidas que se están adoptando» y enumera las tres líneas de acción que considera más urgentes:
- Priorizar las obras de transporte público para mejorar la calidad del aire y la movilidad de toda la ciudadanía.
- Incrementar la inversión para aumentar la capacidad y el nivel de servicios en todo el ámbito metropolitano y para acortar los plazos de ejecución de las obras.
- Consensuar y redefinir el resto de actuaciones que no son de transporte público y que afectan a la movilidad.
Por último, la nota incluye un plano de la ciudad y sus principales accesos en el que aparecen señalizadas las obras previstas para el periodo 2022-2030.