Objetivos

El RACC presentó en 2007 el primer estudio de congestión en el entorno metropolitano de Barcelona, en el que cuantificó el impacto colectivo e individual en tiempo perdido y coste económico. El estudio se repitió en 2016, una vez superada la situación de fuerte crisis económica. Ahora, presenta una nueva actualización con los siguientes objetivos:

• Medir los niveles de congestión en 402 km de los corredores de acceso a Barcelona dentro del ámbito metropolitano.
• Comparar el escenario actual con el análisis de la congestión realizado en 2016.
• Analizar la percepción de los usuarios que realizan cotidianamente desplazamientos con vehículos en el área metropolitana de Barcelona.
• Proponer un conjunto de nuevas medidas que puedan ayudar a reducir la congestión en los accesos a la ciudad, aprovechando las nuevas tecnologías y los nuevos sistemas predictivos de movilidad.

El estudio se ha realizado a partir del análisis de la congestión en 13 vías de los seis corredores de acceso a la ciudad de Barcelona, que suman un total de 402 km. También se han realizado 455 encuestas de opinión a usuarios.

Conclusiones

El informe señala que la congestión en los accesos a Barcelona ya afecta a más de 320.000 personas cada día, lo que provoca perjuicios en tiempo perdido y costes económicos, tanto personales en tiempo perdido como para el conjunto de la sociedad en forma de contaminación del aire.

Las principales conclusiones indican:

• Comparado con 2016, los ciudadanos pierden un 19,5% más de tiempo en congestiones de tráfico.
• Por la mañana, la congestión empieza a las 6:00h, una hora antes que en 2016, y se alarga durante más tiempo (hasta las 9:15h).
• Los usuarios de las Rondas son los más perjudicados, con demoras de más de 28 minutos (entre las 7:00h y las 8:00h), casi el doble que en 2016.
• El RACC pide un plan de inversión de emergencia y masivo en transporte público que incremente la capacidad de viajes metropolitanos, para reducir la congestión al entorno metropolitano.
• Las Rondas de Barcelona (B-10 y B-20) y los corredores del Vallès Occidental (C-16, C-58 y AP-7) y del Baix Llobregat (A-2 y B-23) concentran el 80% del tiempo perdido.

En la encuesta realizada, buena parte de los usuarios del vehículo privado estarían dispuestos a cambiar de hábitos si tuvieran la oportunidad: el 45% compartiría coche y el 36% dejaría el vehículo en un aparcamiento disuasivo en una estación de tren o autobús fuera de la ciudad.

Recomendaciones

El estudio incluye, además, una serie de recomendaciones a las Administraciones para reducir la congestión y su impacto a todos los niveles. Las recomendaciones se resumen en cuatro puntos principales:

• Desarrollar un plan de inversión de emergencia y masivo en transporte público que incremente la capacidad de viajes metropolitanos
  • Entre las propuestas principales hay la creación de nuevos carriles BUS-VAO; la ampliación y mejora de los Park&Ride en las estaciones de tren; la ejecución urgente de las infraestructuras de transporte público de Cercanías; el abaratamiento tarifario de los títulos de tarifa plana de transporte público; o el impulso de la Movilidad como Servicio (Mobility as a Service).
• Realizar una gestión inteligente de las infraestructuras viales
  • Incluye la extensión de la señalización de velocidad; la finalización del enlace entre A-2 y AP-7, y el tramo de la B-40 entre Abrera–Terrassa–Sabadell; la creación de accesos viales exclusivos para vehículos pesados al Puerto y en la Zona Franca; o la extensión del área verde a los barrios de Barcelona y a los municipios que actualmente ejercen de Park&Ride informal.
• Aplicar medidas que mejoren la eficiencia del vehículo privado
  • La ampliación del uso de los carriles BUS-VAO a vehículos con 3 o más ocupantes o el impulso de planes de desplazamiento de empresas de más de 50 trabajadores, entre otras medidas.
• Otras medidas organizativas
  • Por ejemplo, el impulso de medidas para que los vehículos de mercancías circulen en función de la congestión; la creación de un marco normativo que facilite a las empresas el teletrabajo; la flexibilización de los horarios de trabajo; o la implementación de tecnología inteligente que permita la detección de averías y accidentes.