Informe. Nuevas medidas de restricción del tráfico para reducir la contaminación

El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha aprobado un plan contra la contaminación atmosférica que, en la línea de otras grandes ciudades europeas, incluye la creación de Zonas de Bajas Emisiones.

25/02/2017


Objetivos

A mediados de febrero la Comisión Europea ha lanzado la que, por el momento, es la última advertencia a los cinco grandes países de la UE -Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido- para que en dos meses tomen medidas para reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), de forma que no superen los umbrales máximos que fija la normativa comunitaria. Esta iniciativa de la Comisión tiene una razón de ser bastante clara: se estima que en la UE cada año se producen hasta 70.000 muertes prematuras debidas a las partículas de NO2.

La iniciativa tiene lugar, paradójicamente, en un momento en que la propia Comisión está siendo duramente criticada por su gestión del escándalo Volkswagen y, particularmente, por los problemas existentes en el proceso de homologación de las emisiones contaminantes (de NO2 y PMs, entre otros) que provocan que las emisiones medidas en el laboratorio sean muy inferiores a las observadas en la conducción real. Esta discrepancia, tan conocida como ignorada, está en la base de los problemas de muchas ciudades europeas en materia de calidad del aire.

En España la advertencia de la Comisión Europea afecta a las ciudades de Madrid y Barcelona, donde la calidad del aire se ve muy afectada por los altos niveles de tráfico. Hace un tiempo que las autoridades municipales están realizando un seguimiento minucioso de esta cuestión, pero está costando dar el paso que separa el análisis de la acción..

Actuaciones

Sin embargo, parece que se empiezan a notar cambios, porque también este mes de febrero el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha publicado el Protocolo de actuación en caso de episodios de alta contaminación y ha anunciado –aunque sin mucho detalle– un Programa de medidas estructurales contra la contaminación atmosférica, del que las principales acciones son la definición de las Zonas de Bajas Emisiones y la restricción de circulación de los vehículos más contaminantes, que se pondrían en marcha en 2020 –si no se adelantan por la presión que ejerce la Comisión Europea.

Pese a que el anuncio de la AMB debe ser bienvenido, tanto por la preocupación que demuestra para abordar de una vez para siempre el grave problema de calidad del aire que existe en la conurbación de Barcelona, como por el esfuerzo de coordinación entre las distintas administraciones implicadas que comporta, se debe también constatar que muestra importantes deficiencias en cuanto a la definición precisa de los vehículos afectados o a los horarios en que regirán ciertas medidas, así como al establecimiento de posibles ayudas para la compra de coches poco contaminantes, entre otros. Eso ha generado una incertidumbre que hará falta gestionar con urgencia.

La combinación de la presión europea, la iniciativa de las autoridades locales y la complicidad con la ciudadanía son la clave para que cualquier estrategia lleve a cabo con éxito la mejora permanente de la calidad del aire en nuestras ciudades. Es urgente mejorar el diseño de los cuestionarios de homologación de los vehículos. De otro modo, muchos de los esfuerzos que se realicen localmente acabarán teniendo un impacto limitado.