Ante este cambio de tendencia y el anuncio de novedades en la Ley de Seguridad Vial por parte de la DGT, el RACC indica los siguientes puntos:

• La nueva ley debería recoger aspectos como mejoras en el permiso por puntos para actualizarlo a los nuevos riesgos (distracciones, etc.), o un plan específico de seguridad motociclista, entre otros.
• Un nuevo examen de conducir puede ayudar a los nuevos conductores, pero no basta con cambios en la teórica y la práctica, hace falta un acceso gradual a situaciones reales de riesgo como conducir de noche, alcoholemia 0, o conducir con personas de la misma edad. El RACC defiende el acceso gradual al permiso de conducir.
• Los radares deberán estar mejor señalizados: que la señal de aviso incluya el límite de velocidad que se controla.
• No basta con publicar la recaudación por multas, hace falta saber en qué se invierte ese dinero.

En este sentido, el RACC insiste en las medidas propuestas en el informe 20 medidas para el 2020. En concreto, prioriza las siguientes medidas:

• Conductores: obtención gradual del permiso de conducir, carriles segregados para ciclistas también en carretera, plan de seguridad para peatones en zona urbana con un enfoque hacia los mayores, alcoholemia 0 para profesionales y para conductores noveles, combatir con más intensidad las distracciones, etc.
• Infraestructuras: si 8 de cada 10 muertes se producen en vías convencionales –recordemos que son donde se ha producido el incremento de víctimas mortales del año 2017–, se necesita un plan de choque para incrementar la seguridad, en la línea de las auditorías de seguridad por estrellas que realiza el RACC, en las que se detallan los tramos donde la inversión en seguridad generará más vidas salvadas.
• Vehículos: la frenada autónoma de emergencia de serie en todos los coches y la renovación del parque para tener vehículos más seguros, especialmente en lo que se refiere a escúteres con ABS.