Artículo. Conducción sobria, reto de futuro
Artículo que analiza el mantenimiento en una parte de la población de comportamientos de riesgo respecto al consumo de alcohol u otras sustancias en el momento de conducir.
29/11/2012
Objetivos
Los progresos en materia de seguridad vial han sido intensos en los últimos años en el conjunto de la Unión Europea. Año tras año el número de víctimas mortales en las carreteras europeas ha ido disminuyendo de forma sostenida y progresiva. Si en la última década del siglo XX la mortalidad en carretera disminuyó un 25%, en la primera década del siglo XXI el ritmo de caída llegó hasta el 43%. Sin embargo, el número de víctimas mortales en las carreteras europeas quedó aún en la aterradora cifra de 31.029 personas, población equivalente a la de una ciudad media.
A pesar de la tendencia positiva en el cambio de actitud de los conductores del conjunto de la Unión Europea, se siguen observando comportamientos anómalos en una parte relevante de la población con respecto al consumo de alcohol u otras sustancias estupefacientes en el momento de conducir. Estimaciones diversas sitúan alrededor del 30% el porcentaje de conductores que se sientan al volante tras haber consumido alcohol en mayor o menor medida.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud publicadas en el año 2011, Europa es el continente con un consumo de alcohol per cápita más elevado con una media de 12,2 litros de alcohol puro para el conjunto de los 48 países europeos considerados. En España, el consumo fue ligeramente inferior, de 11,6 litros, lejos de las cotas registradas en Irlanda, el país con un mayor consumo en la UE-15.
Conclusiones
El artículo constata las diferencias existentes en los países europeos en cuanto al modelo de consumo de alcohol y la consideración de “bebedores de alta intensidad", lo que dificulta el análisis transversal de esta cuestión.
Sea como sea, reconoce que "prevenir y limitar el consumo de alcohol al sentarse al volante es un punto clave para lograr una reducción del número de víctimas en las carreteras, un hecho suficientemente conocido y abordado por parte de las instituciones públicas y privadas europeas o estatales".
Entre las soluciones que se plantean figura la "tolerancia cero", que algunos países ya han empezado a aplicar. En este sentido, lo considera "un objetivo de movilidad segura, en particular aplicado a segmentos específicos de población como los jóvenes y los conductores profesionales. Sin embargo, lo que parece más importante es llegar a forzar el cambio de actitud de la población ante el alcohol o las drogas y la conducción".