Artículo: La fatiga, factor de riesgo en la conducción

Tras constatar que la fatiga es un factor concurrente en un porcentaje elevado de accidentes viales, este artículo analiza sus posibles causas y cómo afecta al conductor.

19/06/2013


Objetivos

Ante la dificultad de medir la variable de la fatiga mediante métodos objetivos, el artículo analiza el impacto de la fatiga a partir de dos líneas básicas de investigación:

  • Las características más comunes de los accidentes debidos a la fatiga: víctimas mortales por franjas horarias y por salidas de calzada en cada tipo de vía.
  • Las causas de la fatiga: horas de sueño diarias de la población española y colectivos más afectados por la fatiga.

Conclusiones

Al tratarse de un factor de riesgo determinado por numerosos factores, el artículo reconoce en sus conclusiones la dificultad de frenar el impacto de la fatiga en la accidentalidad vial más allá de campañas informativas al conductor. Sin embargo sí apunta posibles medidas a implementar en colectivos muy específicos:

  • En conductores profesionales del transporte de mercancías y personas, la regulación de las horas de conducción y descanso es clara y, por lo tanto, se puede controlar y hacer cumplir. Además, recomienda un control médico de la calidad del sueño o programas de gestión de la fatiga.
  • Como políticas preventivas de los riesgos de la fatiga indica la extensión de mecanismos inteligentes del interior del vehículo para detectar la fatiga.
  • Desde el punto de vista infraestructural, la instalación de sistemas de bandas laterales rugosas o de elementos separadores en ciertas vías de doble calzada y sentido de circulación pueden evitar las consecuencias de la fatiga.

Pese a la dificultad, el artículo señala que la fatiga como elemento de riesgo se puede prevenir y gestionar en caso de aparición. En la responsabilidad individual del conductor para mantener la seguridad al volante, señala como elementos clave el respeto a las horas mínimas de sueño, el control de posibles anomalías médicas, no acompañar la conducción con bebidas alcohólicas o comidas copiosas, respetar las pautas de descanso en recorridos largos y, sobre todo, no intentar vencer la fatiga a base de soluciones a corto plazo.