Artículo: La formación del conductor, cuando la experiencia no siempre es un grado
El artículo reflexiona sobre una cuestión poco tratada al analizar la siniestralidad vial de un país: el impacto de la crisis sobre el acceso de la población al permiso de conducir.
29/05/2014
Objetivos
El artículo parte de la premisa de que los conductores experimentados –especialmente si han obtenido el permiso a una edad adulta– tienden a minimizar el riesgo y a abandonar conductas preventivas. De este modo, analiza la relación entre la experiencia al volante y el riesgo de accidentalidad a partir de los siguientes parámetros principales:
- Evolución del número de permisos de conducir expedidos por edad
- Evolución del número de permisos de conducir expedidos a jóvenes de 18 a 24 años
- Relación entre la implicación en un accidente y la antigüedad del permiso.
El número total de permisos expedidos en el año 2013 puede situarse en torno a los 575.000, el más bajo de la historia reciente y muy alejado del máximo histórico de 1.245.846 registrado en 2008, al punto álgido del ciclo económico.
Conclusiones
A partir de las cifras analizadas, el artículo concluye que la seguridad vial tiende a aumentar a medida que aumenta la antigüedad del permiso de conducir. Sin embargo, el análisis de datos señala también que el exceso de confianza o el abandono de conductas preventivas parecen actuar negativamente sobre el conductor con un cierto nivel de experiencia, sobre todo si ha obtenido la licencia en edad adulta. Por ello, califica como “preocupante” el fenómeno de retraso de la edad de obtención del permiso de conducir:
El artículo insiste en la necesidad de contemplar la formación del conductor como un proceso a lo largo de la vida: “Las percepciones de los riesgos parecían disminuir con el paso de los años y la experiencia acumulada. Probablemente no estaría de más recuperar de alguna forma la sensibilidad por la conducción más allá del momento de la obtención del permiso de conducir”.