Covid-19: ¿cómo cambiará la movilidad de las personas?

Los expertos en movilidad Mariano Marzo y Raquel López, y el director de la Fundación RACC, Lluís Puerto, reflexionan alrededor de las consecuencias de la pandemia de la Covid-19 y del largo periodo de confinamiento en la movilidad futura de las personas. Entrevistas realizadas los meses de abril y mayo de 2020 (antes de la finalización del estado de alarma).

29/06/2020



Mariano Marzo: «Necesitamos más pragmatismo y menos ideología»

¿La movilidad en las ciudades será diferente después de la Covid-19?
En la actualidad, sin duda asistimos a una importante reducción de la movilidad, por la menor actividad económica y la consiguiente disminución del uso del transporte público y privado, así como por la adopción del teletrabajo. Posteriormente, cabe esperar una evolución hacia una “nueva normalidad”, en un contexto de transición energética, impulsada por la lucha contra el cambio climático y la mejora de la calidad de aire, que volverán a recuperar pleno protagonismo. 

¿Qué aspectos se verán afectados a corto, medio y largo plazo?
A corto plazo: reducción de la contaminación atmosférica y “visualización” de la relación calidad del aire-modelo de movilidad, con la consiguiente concienciación y el compromiso de los ciudadanos sobre la necesidad de transformar dicho modelo. A medio plazo: creciente exigencia social para la implementación de políticas, que entre otras actuaciones: a) prioricen los desplazamientos a pie, bicicleta y en transporte público, b) restrinjan la circulación de vehículos contaminantes, c) promuevan la progresiva sustitución de estos por otros más limpios. También cabe citar en este apartado la creciente puesta en práctica de nuevas formas de trabajo y de relaciones sociales. A más largo plazo: desarrollo e implementación de nuevas políticas de movilidad y de planificación urbana e industrial, encuadradas en el marco conceptual de smart cities y de los ODS de Naciones Unidas.

¿Qué ventajas e inconvenientes ha supuesto esta crisis sanitaria?
Ventajas, ninguna. Lo que detectamos (menor circulación, menor contaminación, menor consumo, trabajo en remoto, más tiempo en familia…) es el resultado de una crisis global de contornos dramáticos en lo económico, social y humano. Lo que sí puede haber son algunas lecciones aprendidas. Y en este sentido, además de haber “visualizado” la correlación entre modelo de movilidad actual-calidad del aire en nuestras ciudades, a una escala más amplia también hemos “visualizado” la íntima relación existente entre emisiones contaminantes y modelo de crecimiento económico y demográfico. Una relación cuyo desacoplamiento pasa, inevitablemente, por la innovación.

¿Qué asignaturas pendientes habría que acelerar en Barcelona y en Cataluña en general?
Más pragmatismo y menos ideología, apostando por una “gran coalición” que incluya a gobiernos, inversores, empresas y a todos los que se sientan comprometidos con los objetivos ambientales anteriormente mencionados. Esta coalición debería articularse en torno a: a) análisis rigurosos basados en la ciencia y la tecnología, b) planteamientos abiertos y flexibles que posibiliten las alianzas más amplias posibles, c) actitudes inclusivas que aseguren la participación de todos los sectores económicos, d) una especial sensibilidad frente a diferentes realidades demográficas y territoriales, y e) una apuesta decidida por la equidad social y por la conservación y creación de puestos de trabajo. Asimismo, convendría olvidarse de utopías y ajustarse a las limitaciones impuestas por las realidades científicas, técnicas, económicas y sociales. A corto plazo, cada territorio y comunidad deberían escoger, entre todas las opciones disponibles, las más eficaces y eficientes, tanto tecnológica como económicamente. A más largo plazo, la efectividad pasa por la innovación: en ciencia y tecnología, en los modelos de negocio y en la política, en el bien entendido de que la primera es la que habilita a las otras dos.

Raquel López: «Hay que aprovechar la situación para repensar el modelo de ciudad y de espacio público»

¿La movilidad en las ciudades será diferente después de la Covid-19?
La Covid-19 tiene un impacto significativo en el día a día de las personas, en particular en su movilidad, y es seguro que el futuro será distinto. Se debería aprovechar la situación derivada de esta crisis para repensar el modelo de ciudad y de espacio público y apostar por una movilidad más activa, responsable, sostenible y segura. La vuelta a la normalidad, principalmente en las grandes ciudades, será complicada y gradual a partir de que se controle la pandemia y es probable que a largo plazo haya un cambio en nuestro comportamiento, en particular de la forma cómo trabajamos, nos relacionamos y nos desplazamos.

¿Qué aspectos se verán afectados a corto, medio y largo plazo?
Es previsible una disminución de la movilidad por motivo de trabajo, eliminando la vinculada a las reuniones y al teletrabajo, y la posible reducción de la movilidad en las horas punta por el escalamiento de los horarios de trabajo. Las cuotas modales también se verán afectadas, aumentando el uso de los modos individuales en detrimento del transporte público, y en especial de los modos más masivos como el metro. La movilidad por ocio también se verá reducida por el aumento de la distancia social. La intensidad de la afección irá disminuyendo progresivamente a medida que se recupere la confianza y, probablemente, la reducción de la movilidad por motivo trabajo puede dejar un impacto estructural mientras que el resto de los impactos se irán recuperando a medio y largo plazo.

¿Qué ventajas e inconvenientes ha supuesto esta crisis sanitaria?
Una de las consecuencias directas del confinamiento derivado de la crisis ha sido la gran reducción del tráfico que implica una disminución de los niveles de contaminación y la mejora de la calidad del aire, que han alcanzado valores muy por debajo de los límites legales y de las recomendaciones de la OMS. También tiene un impacto directo sobre la disminución del número de accidentes y de sus víctimas. Como principal inconveniente, el transporte público se ha visto gravemente afectado por la bajada drástica de la cantidad de pasajeros y la previsible reducción de la cuota modal del transporte público por miedo al riesgo de contagio y su posible estigmatización, que podría fomentar un aumento del uso del vehículo privado que se debería de evitar.

¿Qué asignaturas pendientes habría que acelerar en Barcelona y en Cataluña en general?
El uso de vehículos de movilidad personal (VMP) como las bicicletas y los patinetes se convertirán en un modo de transporte efectivo que, a diferencia del metro o del autobús, amplía el distanciamiento social y evita la sobrecarga del sistema de transporte público. El crecimiento de la movilidad en este tipo de vehículos requerirá una regulación por parte de las administraciones, para resolver los problemas de convivencia en el espacio público y fomentar la movilidad sostenible y segura, como la que ya se ha aplicado en la ciudad de Barcelona. También deberían impulsarse planes de renovación hacia vehículos eléctricos y planes de electromovilidad que deberían incorporar el desarrollo eficiente de la infraestructura de recarga, que permita garantizar la implementación eficiente del vehículo eléctrico.

Lluís Puerto: «Debería acelerarse la mejora del transporte público»

¿La movilidad en las ciudades será diferente después de la Covid-19?
A corto plazo, sí, cuando se levanten las restricciones de movimiento, será necesario mantener distancias de seguridad entre personas en el transporte público y toda esta gente deberá moverse de otra forma. Las alternativas que ayudan a mantener la distancia pueden ser la micromovilidad (caminar, bici, patinete eléctrico), la moto o el coche, principalmente. También es probable que el volumen de desplazamientos totales sea inferior, puesto que muchas actividades de ocio en las que se dan aglomeraciones estarán prohibidas durante un tiempo, por lo que estas actividades se realizarán en casa o en la proximidad del barrio.

¿Qué aspectos se verán afectados a corto, medio y largo plazo?
A medida que proyectamos los cambios en el futuro, aumenta la incertidumbre de qué pasará, pues no sabemos hasta qué punto seremos capaces de contener y controlar los contagios, si se producirán rebrotes cuando vuelva el frío, si la vacuna será suficientemente efectiva, etc. En función de esta evolución del coronavirus, estos cambios radicales se mantendrán en el tiempo o se irán atenuando en un retorno hacia la situación previa a la crisis del coronavirus. Lo que parece razonable que gane terreno es el teletrabajo, ya que durante el confinamiento hemos aprendido que es una opción seria y factible para trabajar y al mismo tiempo es una opción que evita el contacto y, por lo tanto, el contagio, además de ser positiva para reducir emisiones contaminantes y congestión.

¿Qué ventajas e inconvenientes ha supuesto esta crisis sanitaria?
Las principales ventajas han sido ambientales, puesto que la falta de tráfico ha permitido recuperar muy rápidamente la calidad del aire en las ciudades. Aunque no sucede así con las emisiones de CO2 que causan el cambio climático, ya que el acumulado de muchas décadas no se puede eliminar rápidamente y hacen falta también décadas para reabsorber este CO2. Otro beneficio indirecto de quedarnos en casa ha sido el descenso de los accidentes de tráfico: se han reducido un 70% mientras estábamos confinados. Y todos aquellos que se pasaban horas en congestión todas las semanas para desplazarse de casa al trabajo, se han ahorrado esta pérdida de tiempo. Los transportistas también han podido trabajar con menos estrés gracias a la fluidez del tráfico. Los agravios, sin embargo, superan de mucho a los beneficios, porque la movilidad Y la economía van de la mano, y al no poder desplazarnos se ha reducido mucho el consumo, se han destruido muchos puestos de trabajo, y no es una pérdida que se pueda recuperar de inmediato.

¿Qué asignaturas pendientes habría que acelerar en Barcelona y en Cataluña en general?
Aunque parezca contradictorio, la mejora del transporte público. Incrementar las frecuencias de paso de los trenes y los autobuses permitiría transportar más personas en unos tiempos en que los vehículos no pueden ir llenos por la necesidad de mantener distancias. Las mejores frecuencias de paso se consiguen invirtiendo más en tecnología para el transporte público. El desarrollo del Mobility as a Service y la tecnología que conlleva permitiría disponer de todas las alternativas en una única aplicación y con un único pago, y con validación contactless (sin contacto se reducen los contagios). Por otra parte, al haber aumentado en gran manera el e-commerce, es necesario desarrollar centros de consolidación de estos envíos a nivel urbano en aparcamientos, por ejemplo, donde iríamos nosotros mismos a recoger la mercancía, reduciendo viajes innecesarios que ahora llegan hasta nuestra puerta.