Informe: ¿Nos fijamos lo suficiente cuando llenamos el depósito de nuestro vehículo?
Informe que analiza los hábitos de los consumidores españoles en la compra de combustibles para el transporte privado, uno de los principales gastos familiares.
24/07/2014
Objetivos
Entre 2006 y 2013, los precios de los carburantes han aumentado un 42,5% en el caso del gasóleo y un 36,4% en el de la gasolina, mientras que los consumos han caído respectivamente un 17,8% y un 29,1%.
Este artículo analiza los hábitos de los consumidores españoles a la hora de repostar combustible del vehículo y los compara con la actitud de los consumidores de otros países europeos.
A partir de los datos proporcionados por la última encuesta de presupuestos familiares (junio de 2014) y por un informe de la Agencia Europea de Consumo, Salud y Alimentación, el artículo analiza los siguientes aspectos:
- Evolución de los precios de los combustibles de automoción en España (2006-2013).
- Principales gastos de los hogares españoles.
- Factores que intervienen en la compra de un vehículo e importancia de los carburantes en esta decisión, en España y otros países europeos.
- Factores que determinan la elección de una gasolinera, en España y otros países europeos.
- Motivos principales para repostar gasolina.
- Interés por recopilar información sobre combustibles y principales fuentes
Cada hogar español gastó 1.350 euros en combustibles en el año 2013, cifra equivalente al 5% del total del gasto familiar.
Conclusiones
El análisis de los indicadores disponibles señalan las siguientes conclusiones:
- El consumidor español, en relación con los países europeos del entorno, se preocupa menos del consumo de combustibles a la hora de elegir un nuevo vehículo.
- El consumidor español también muestra menos atención a los precios de los combustibles y pone gasolina cuando la necesidad urge, básicamente cuando el depósito está vacío.
- En general, los españoles siguen un comportamiento menos racional que el de la mayoría de conciudadanos europeos, lo que probablemente tiene repercusiones directas sobre la economía familiar.
En esta misma línea, el artículo concluye que el ciudadano español es el que muestra menos interés para informarse sobre el precio de los combustibles. Por ello, considera que "parece muy plausible mejorar la actitud de los conductores respecto a la compra de combustible en cuestiones tan relevantes como el precio. Una utilización correcta de la información disponible y una priorización del precio como elemento de decisión supondría ahorros importantes para la mayoría de familias".